ORTOPEDA-TRAUMATOLOGO
Dr. Sobieski De León Lazala
El doctor Justiniano Colón Puello, nació el 5 de septiembre de 1947,en la sección de Cuenda, San Juan de la Maguana. Fue el segundo de una familia de cinco hijos varones de los esposos Federico Colón y Felicia Puello, dos labradores de la tierra y productores del campo.
Creció en estrecha unión de sus hermanos de sangre, Juan, Samuel, José e Hilario, siempre apegado al núcleo familiar. Sus primeros tres años de estudios transcurren en Cuenda, su pueblito natal, ingresando el 7 de octubre de 1957, cuando contaba diez años, al quinto grado de la Escuela Primaria de Varones Francisco Sánchez del Rosario, del municipio de San Juan de la Maguana. El primer año y medio de esta
nueva etapa, los pasa trasladándose diariamente desde Cuenda, hasta su nueva escuela, distante unos ocho kilómetros, hasta que sus padres deciden mudarse para la ciudad, en enero de 1959.
Realiza sus estudios secundarios de 1961 a 1964, en el Liceo Secundario Gustavo Dimaggio, posteriormente nombrado “Pedro Henríquez Ureña”, de San Juan de la Maguana. A raíz de la odiosa intervención militar norteamericana de nuestra patria, en 1965, es cerrada la Universidad Autónoma de Santo Domingo –UASD-, nuestra universidad
estatal, lo que hace que bajo muchos sacrificios, sus padres lo enviaran a estudiar a España. Ingresa el 9 de septiembre de 1965, en la Universidad Literaria de Valencia” (así se nombraba dicha universidad).
El primero de octubre de ese mismo año, se inicia como estudiante de Medicina. Obtiene el título de Licenciado en Medicina, a principio de 1973.
En marzo del mismo año, pasa a la ciudad de Barcelona, donde empieza un post-grado en la especialidad de traumatología y cirugía ortopédica, en el Hospital Quinta de Salud Alianza, dependencia de la Universidad Autónoma de Barcelona, obteniendo el diploma de: Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica, en 1976.
Se queda ejerciendo la profesión en dicho hospital durante diez años, de 1976 a 1985. Este último año consigue una “Plaza Ambulatoria de la Seguridad Social”, ejerciéndola durante diez meses, en dos ocasiones como ayudante, y en una, como jefe de servicio.
En 1986, regresa a su país, e inicia de inmediato una “pasantía honorífica” de ley, en el Hospital de Ortopedia y Traumatología Dr. Darío Contreras, de la ciudad de Santo Domingo. Se le designa como profesor de la especialidad, durante todo ese año de 1986.
En el mes de diciembre se convocan plazas para especialistas y gana la del Hospital Público Dr. Alejandro Cabral, de San Juan de la Maguana. Designado como”Médico Ayudante de Especialidad”, se le encarga dirigir el Departamento de Ortopedia y Traumatología, lo que asume desde enero de 1987, hasta entrado el año 2003, cuando
se le concede una licencia por enfermedad.
Al amparo de toda apreciación humanista y tomando en cuenta el valor social aportado como individuo a su sociedad, el Dr. Justiniano Colón Puello, sale ganancioso. Ha sido, sin ninguna reserva un ciudadano ejemplar, que no sólo ha conquistado con sus propias fuerzas y las de los suyos un lugar meritorio en la vida pública de su pueblo, desde la sencillez del ambiente rural, hasta la compleja vida de las
metrópolis españolas que ha conquistado con decisión y disciplina,sino que, y ese es su gran valor, que lo pone al servicio de sus congéneres, de la gente sencilla que lo rodea y que necesita de sus servicios.
A todas estas gentes sencillas de su pueblo, pone toda su ciencia, su integridad y su moral, que siempre coexistieron con su espíritu romántico y soñador.
Adolescente aún, ingresa en una institución de servicio social como lo era esa sagrada casa creada por el inglés Baden Power, llamada “Boy-Scouts” (Esculturismo). El Dr. Justiniano Colón Puello, fue un ejemplar boy-scout de la Patrulla Las Gaviotas, bajo la dirección de ese inolvidable luchador de las mejores causas Adriano Santil.
Se levantó en el amor a la naturaleza, siendo incapaz de quebrar la más mínima rama de un árbol, en contraste a los tiranos, quienes quebraban con su insensibilidad los huesos de los pueblos. Aprendió en el escultismo, o lo consolidó más aún porque ya lo tenía aprendido desde su mismo origen, el amor por los árboles, los animales, las aves, el río, la siembra, la naturaleza toda.
Allí aprendió a expresar su amor por los seres humanos y la naturaleza,ya asistiendo a sus reuniones, ya yendo de excursión a las montañas, ya haciendo de tráfico y dirigiendo el tránsito vehicular en la ciudad, ya imponiendo el orden con su bordón en los actos públicos sociales, culturales, deportivos, religiosos. O, educando a la juventud de su tiempo en servir a los demás, proteger el medio ambiente, amar la fauna y la flora, en el respeto a las pasadas generaciones y envejecientes, en fin, en todo lo que constituía un tesoro de civismo y humanismo.
Tal fue el núcleo de educación social que completó la educación familiar hacia el trabajo y la ética, heredando al mismo tiempo el culto a la amistad, de la cual fue siempre un abanderado.
Formó parte de una pléyade de sanjuaneros útiles que se propuso prepararse en el extranjero y regresar a su patria a servirle a los demás, cuando las botas yankees ofendieron y masacraron nuestro pueblo impidiendo estudiar en nuestra propia tierra, educarnos, trabajar y desarrollarnos en libertad como nos lo enseñara nuestro padre de la patria Juan Pablo Duarte. Esos forjadores de patria en el extranjero fueron además del Dr.Justiniano Colón Puello, los también médicos Emmanuel Reyes Abréu,
Samuel Reyes Ledesma, Eusebio Garrido Castillo, Gustavo Otto Garrido Acosta, Fernando Ibert Acosta, José Antonio Morillo Heyaime, Livio Héctor Peña Guillermo, y Fulvio Cervantes Sánchez, único del grupo que no abrazaba las ciencias médicas sino rillante estudiante de ingeniería y arquitectura.
Cuando le llega el momento de romper con el egoísmo de la individualidad humana, forma su propia familia. Ocurre esto en España, y junto a la española María del Pilar Segade, procrea a Cristian Ildefonso (economista), Pilar (fisiatra) y Diana (estudiante de Medicina), todos, productos de su matrimonio del 3 de enero de 1970.
Dos españoles con autoridad para enjuiciar, reconocieron las dotes personales y humanas del Dr. Justiniano Colón Puello. Nos referimos a su jefe inmediato en la especialidad y jefe del Hospital Quinta de Salud de Traumatología y Cirugía Ortopédica, de la ciudad de Barcelona, Profesor Doctor Docente Alfonso Rocosa Perés, Ayudante de la UniverSidad Central de Barcelona. Por otra parte, el también Profesor Doctor Docente Antonio Biulach, jefe de la cátedra de Cirugía General, de la
misma institución académica.
Un campesino, tomado de la mano de una joven mujer, vienen de muy lejos. Pregunta dónde se encuentra el Dr. Justiniano Colón Puello. “En esa habitación”, le dicen. Entran silenciosa y solemnemente como si estuvieran frente a un altar sagrado. Y lo es. Están ante el altar sagrado del cuerpo enfermo del Dr. Justiniano Colón Puello. El rostro de ambos campesinos lo expresan todo. El hombre habla. Dice: “Supimos que estaba enfermo y vinimos a verle”. La otra, es su hija. No dicen más. Es un reconocimiento cargado de más emotividad que la de esta noche en la que intentamos rendir merecidamente un pequeño homenaje al Dr. Colón, ortopeda y traumatólogo sanjuanero que ha servido a su pueblo con desinterés y entrega total.
Cuando esa joven que está frente a él tenía 14 años, le operó unas deformidades en las extremidades inferiores que le impedían caminar normalmente. El doctor Colón, la puso a caminar. Ella y su padre, nunca tuvieron con qué pagarle y ahora, en esta hora aciaga por la que todos habremos de pasar, le reiteran su agradecimiento con su presencia humilde.
El 18 de agosto del 2005, con la prisa de la vergüenza que no podía contener las paredes del Colegio Médico Dominicano- filial San Juan, que él mismo ideara y cuyo plano fuera producto de sus ideas aprendidas en España, y a tan sólo 49 días de su muerte, se le concede un reconocimiento por su “labor profesional y entrega a sus pacientes”.
Muchos no saben, o no comprenden, cuál es la razón de su existencia.
La del Dr. Justiniano Colón Puello, fue la de darse; dar su ciencia y su persona a los demás, a cambio de nada.
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